Ayuno Intermitente [TOP]
Según algunos investigadores, el ayuno de 10 a 16 horas puede hacer que el cuerpo convierta sus reservas de grasa en energía, con lo cual se liberan cetonas en el torrente sanguíneo. Esto debería estimular la pérdida de peso.
Ayuno intermitente
Este tipo de plan de ayuno intermitente puede ser una buena opción para principiantes. Esto es porque el período de ayuno es relativamente corto, gran parte del ayuno ocurre mientras se duerme y la persona puede consumir la misma cantidad de calorías cada día.
En esta modalidad de la dieta, los hombres ayunan durante 16 horas cada día y las mujeres durante 14 horas. Este tipo de ayuno intermitente puede ser útil para alguien que ya ha intentado el ayuno de 12 horas, pero no vio ningún beneficio.
Es común que las personas separen sus días de ayuno en la semana. Por ejemplo, pueden ayunar el lunes y el jueves, y comer normalmente los otros días. Es necesario dejar al menos 1 día sin ayuno entre los días de ayuno.
Un ayuno de 24 horas puede ser un desafío y puede causar fatiga, dolor de cabeza o irritabilidad. Muchos dicen que estos efectos van disminuyendo con el tiempo a medida que el cuerpo se adapta a este nuevo patrón de alimentación.
Si bien es posible comer algunos alimentos durante el período de ayuno, puede ser desafiante cumplir con las estrictas directrices sobre cuándo y qué comer a largo plazo. Además, para algunas personas es muy complicado comer tanto tan cerca de la hora de acostarse.
Son muchas las maneras de hacer un ayuno intermitente, y no hay un plan único que funcione para todos. Las personas tendrán mejores resultados si prueban los diferentes estilos para ver cuál se adapta a su estilo de vida y preferencias.
Para obtener los mejores resultados, es esencial llevar una dieta saludable y equilibrada en los días que no ayunes. Si es necesario, puedes buscar ayuda profesional para personalizar un plan de ayuno intermitente y evitar inconvenientes.
Algunos estudios sugieren que el ayuno en días alternos es casi tan eficaz como una típica dieta baja en calorías para bajar de peso. Eso parece razonable porque reducir la cantidad de calorías que comes debería ayudarte a perder peso.
Puede el ayuno intermitente mejorar tu salud? Perder peso y hacer actividad física ayuda a reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes, la apnea del sueño y algunos tipos de cáncer. Para estas enfermedades, el ayuno intermitente parece ser tan beneficioso como cualquier otro tipo de dieta que reduce las calorías totales.
Algunas investigaciones sugieren que el ayuno intermitente puede ser más beneficioso que otras dietas para reducir la inflamación y mejorar las afecciones asociadas con la inflamación, por ejemplo:
Normalmente las 16 horas de ayuno incluyen las horas de sueño por lo que es más sencillo de lo que piensas. Para hacértelo más fácil (y conseguir adelgazar), vamos a proponerte dos opciones de dieta del ayuno 16/8, para que elijas la que más se adapta a tus costumbres y gustos. La primera es de mañanas y la segunda de tardes. Las dietas que te damos están elaboradas por la médico nutricionista Mª Isabel Beltrán.
Observa tu modo de comer y elige tu horario, teniendo en cuenta que es algo que puedes ir variando y adaptando a tu vida y compromisos. Y ahí es donde está la gran ventaja de la dieta del ayuno intermitente: su adaptabilidad. Esta dieta se adapta a tu vida y no al revés, y es una de las claves por las que esta dieta funciona. Entra aquí si quieres leer más sobre los horarios del ayuno intermitente.
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Una de las dietas más populares de los últimos 20 años es el ayuno intermitente, cuya promesa se basa en hacer realidad beneficios como bajar de peso, aumentar la energía y alargar la vida. Pero existen acaso datos científicos que confirmen estos beneficios? En un artículo publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine, el Dr. Mark Mattson, neurocientífico de Johns Hopkins Medicine, deduce que sí.
Numerosos estudios clínicos con animales y con personas han revelado que intercalar periodos de ayuno con periodos de ingesta fomenta la salud celular, quizá porque activa el denominado cambio metabólico, la ancestral adaptación biológica a periodos de escasez alimentaria. Dicho cambio ocurre cuando las células agotan las reservas de glucosa y emplean las grasas como fuente de energía mediante procesos metabólicos más lentos.
En el artículo, Mattson advierte que los resultados de cuatro estudios, tanto con animales como con personas, revelaron que el ayuno intermitente también reduce la presión arterial, la lipidemia y la frecuencia cardíaca en reposo.
Algunos estudios preliminares han indicado recientemente que el ayuno intermitente también aporta beneficios al cerebro. En abril, afirma Mattson, la Universidad de Toronto realizó un ensayo clínico multicéntrico, en el que participaron 220 adultos sanos, con peso normal. Los participantes siguieron una dieta con limitación calórica durante dos años y, tras someterse a una serie de pruebas cognitivas, se descubrió que su memoria había mejorado.
Los médicos, sugiere el catedrático, deben aconsejar a los pacientes que aumenten las horas y la frecuencia del ayuno poco a poco, a lo largo de varios meses, en lugar de lanzarse a la dieta de sopetón. Ya que se trata de adoptar un hábito nuevo, resulta fundamental que los médicos conozcan las bases científicas sobre las que se sustenta el ayuno intermitente, de manera que sepan comunicar a los pacientes las ventajas, los perjuicios y los retos de empezar este tipo de régimen, así como ofrecerles el apoyo necesario.
Recuerde que los períodos de ayuno más largos y constantes son los más efectivos. Además, los beneficios a largo plazo exigen también un compromiso a largo plazo con el ayuno intermitente. Si arranca el día desayunando café con leche, el cuerpo se dará cuenta de que rompió el ayuno.
Además, otras fuentes científicas argumentan que el ayuno intermitente no se asocia de forma positiva a la pérdida de peso durante un intervalo de 6 años. Se trata de una modalidad alimenticia compleja de seguir, pues requiere un cambio total de rutina y una fuerza de voluntad considerable. No es de extrañar que mucha gente la abandone a lo largo del tiempo.
En resumen, la investigación demostró que la reducción de la expresión del gen FTO tuvo efectos metabólicos favorables sobre las personas obesas, gracias a un periodo de ayuno intermitente sostenido en el tiempo. Esto demuestra que la genética y el régimen alimenticio que aquí hemos descrito están vinculados, aunque se requiere muchísima más información para sentar bases y poner el conocimiento en práctica.
El ayuno intermitente está de moda, pero en realidad ayunar es una práctica antigua a la que se recurría para depurar el organismo, dejar descansar el aparato digestivo o favorecer la pérdida de peso. Además, cada vez son más los estudios que demuestran que consumir menos calorías al día alarga la vida porque el cuerpo realiza mejor los procesos de reparación.
El objetivo, como en el resto de tipos de ayuno, es dar un "respiro" a nuestro cuerpo, que parece funcionar mejor tras un periodo sin comer corto y controlado. Además, también nos ayuda a desarrollar la paciencia, ya que para seguir este patrón alimentario se debe fomentar el autocontrol.
En realidad, con esta pauta acabas comiendo a diario pero solo una vez ese día. Por ejemplo, el día que empieces comes a mediodía con normalidad, pero ya no ingieres nada más hasta la comida del día siguiente. Es decir, te saltas la cena del primer día y el desayuno del siguiente. Si se hace, es preferible comenzar con un solo día por semana.
Alargar los días sin comer puede ser conflictivo y requiere asesoramiento especializado. De hecho, es el ayuno más cuestionado. Normalmente, por el largo periodo sin ingesta que conlleva, es el que cuesta más de realizar. Además, muchos expertos aseguran que no ofrece ninguna ventaja sobre los demás.
Una persona sana y bien nutrida puede aguantar periodos de ayuno de hasta 24 horas sin problema (el organismo usa sus reservas como fuente alternativa de energía y así seguir funcionando con normalidad). Pero si se continúa, a partir del tercer día el metabolismo se ralentiza porque, ante la falta de alimento, nuestro organismo decide que hay que ahorrar.
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El ayuno intermitente se ha convertido en el modelo de alimentación más famoso de los últimos tiempos. Cada día, son más los humanos del primer mundo que se suman a este patrón, que consiste en no ingerir ningún alimento durante determinadas horas del día.
El ayuno intermitente, como hemos dicho, es un patrón alimentario que alterna entre períodos de ayuno y de alimentación, como su propio nombre indica. Los métodos comunes de esta tendencia incluyen ayunos diarios de 16 horas o de 24 horas durante dos veces por semana.
Los hay que, por el contrario, no son capaces de arrancar el día sin un buen desayuno. Para ellos, el plan ideal es saltarse la cena e tomar su última comida a las 17 horas y ayunar hasta las 8 horas del día siguiente. Así, tienen una ventana de restricción calórica de 16 horas. Obviamente, pueden tomarse una infusión por la noche, para conciliar el sueño. 041b061a72